INTRODUCCIÓN
La concepción de arqueología en nuestro
país por parte del público en general presenta matices muy variados, se
considera importante conocer el pasado, sin embargo, no se comprende muy bien
la conexión entre los objetivos de la arqueología y la percepción asumida
acerca del pasado. Es decir, que gran parte de la población, incluso estudiosa,
no tiene una idea cabal del objeto de estudio de la disciplina. Aún se observa,
y esto es muy alarmante, que mucha gente relaciona con nuestros objetivos el
objeto de estudio de la paleontología. Y esto no sería nada en comparación con
otro gran sector de la población que considera nuestro trabajo como trivial,
exótico y sin importancia tangible.
Esta percepción que la gente tiene
acerca de la arqueología y del estudio del pasado en general, nos revela de
manera dramática una de las falencias de la disciplina en nuestro país. Esta
limitación está referida sin duda a la carencia de difusión de nuestro trabajo
como arqueólogos, que por otro lado, no siempre podemos acceder a los medios
para el efecto debido al escaso apoyo de instituciones privadas y estatales que
prefieren en muchos casos, apoyar publicaciones que les signifiquen réditos
comerciales y económicos desmarcándose de las publicaciones que involucren
cultura e investigación.
OBJETIVOS DEL TRABAJO ARQUEOLÓGICO
El objetivo del arqueólogo boliviano
debería presentar dos facetas: el objetivo principal es el de inculcar al
público en general un sentido del pasado. La exposición clara de las
características de la arqueología (teoría, metodología, técnicas, ciencias
auxiliares y ciencias complementarias) con un lenguaje que un lego en la
materia o estudiantes de niveles escolares y medios puedan entender,
significaría un avance positivo en la percepción que tiene la sociedad en su
conjunto de la arqueología. El avance cualitativo en esta percepción en
círculos donde se manejan políticas de financiamiento significaría, a mediano y
largo plazo, un apoyo importante para generar investigaciones por parte de
arqueólogos bolivianos.
La segunda faceta de los objetivos del
arqueólogo nacional tiene que ver con la difusión de las investigaciones
arqueológicas en nuestro país. Es decir, además de brindar al público
información referente a cómo trabaja el arqueólogo y para qué sirve su trabajo,
debe captarse el interés de la gente mediante la narración de resultados de
investigaciones que hubieran enriquecido el conocimiento de nuestro pasado. Es
innegable que a la gran mayoría de las personas no les interesan detalles de la
clasificación cerámica, nomenclatura de los líticos, clasificación de los
suelos, etc. Ellos quieren saber cuándo vivió una determinada sociedad, qué
comían, cómo se vestían, cómo peleaban, y hasta cómo eran fisonómicamente, en
otras palabras, a la gente le interesa saber aspectos particulares del diario
vivir de nuestros antepasados. Es cierto que no podemos brindarles toda la
información que desean, no obstante, con un poco de buen juicio podemos
ofrecerles aspectos importantes de la dinámica sociocultural, política y
religiosa de dichas sociedades matizadas con aspectos o detalles de la vida
cotidiana.
CONCLUSIONES
En suma, el público en general necesita tener una idea clara de lo que los arqueólogos hacemos y por qué vale la pena financiar nuestro trabajo.
Por otra parte, la enseñanza de la arqueología debe adecuarse a los nuevos paradigmas relacionados con la sociedad del conocimiento y emplear cuanto sea posible, las nuevas tecnologías para desarrollar una enseñanza práctica, novedosa y sobre todo, amena para el estudiante.
Por otra parte, la enseñanza de la arqueología debe adecuarse a los nuevos paradigmas relacionados con la sociedad del conocimiento y emplear cuanto sea posible, las nuevas tecnologías para desarrollar una enseñanza práctica, novedosa y sobre todo, amena para el estudiante.
Adolfo Enrique Pérez Arias
Arqueólogo